Carretera Austral: Coyahique y alrededores.


Día 1:
Salimos desde el aeropuerto de Santiago a Balmaceda, donde tomamos un transfer hacia Coyhaique. Una vez en la ciudad, buscamos donde alojarnos, encontramos una pieza con baño y cocina por $25.000 cerca del centro, Una vez instalados, fuimos a comer y a buscar pasajes para puerto tranquilo al día siguiente; habían dos empresas de buses pero los pasajes eran escasos, tuvimos suerte de encontrar. Después de comer recorrimos  el pueblo: fuimos a la piedra del indio, que realmente no tiene mucho brillo Y caminamos por la orilla del río, en ese momento estaba en construcción una costanera que se veía que iba a quedar linda, a todo esto estaba lloviendo, pero era una llovizna agradable. Después del paseo por la ciudad nos encontramos con la cervecería Tropera, donde funciona también un bar, pedimos un set de degustación, para luego ordenar, tanto la cerveza como la comida de excelente calidad. Ya de noche nos devolvimos caminando hasta el hostal.
Piedra del indio



Día 2:
Partimos muy temprano en la mañana y tomamos el bus hacia Puerto  Tranquilo, el cual salía del frontis del supermercado. El camino por la Carretera austral era una seguidilla de bosques y ríos, un paisaje muy bello. El bus se detuvo en la localidad de Cerro Castillo, donde recogió algunos pasajeros, nosotros bajamos para ver brevemente el pueblo y a lo lejos se observaba la cumple del Cerro Castillo, al menos yo quede con ganas de hacer esa ruta…

El viaje en total fue de unas 4 a 5 horas, una vez en Puerto Tranquilo apartamos el tour a las catedrales de mármol, en la orilla del lago hay mucha gente ofreciendo este tour y todos cobran lo mismo $ 10.000 por persona. Luego fuimos a buscar un camping, el cual estaba alejado del pueblo, pero que contaba con todos los servicios básicos.

 Fuimos a almorzar a un restaurante en la orilla del lago y luego al tour por las catedrales de mármol. El Tour parte en un pequeño rio que desemboca en el lago y te entregan chaleco salvavidas y una
capa de agua, al principio no sabíamos porque nos entregaron la capa. Comenzó la navegación y notamos que el lago tiene de hecho bastante oleaje, durante el trayecto tuvimos que agarrarnos del asiento pues la lancha golpeaba con fuerza el agua. Al irnos acercando el oleaje se calmó. El guía del tour nos mostró las figuras que se observan en el mármol y que le dan nombre a cada sector, también nos iba comentando otros datos de interés. Uno no puede bajarse del bote pues no hay donde caminar, pero si se puede tocar el mármol el cual sorprendentemente es muy suave al tacto. Emprendimos el retorno y esta vez entendimos para que era la capa de agua, al ir contra la corriente el bote se azoaba aún más, por lo que se levantaba mucha agua y mojaba a todos los pasajeros.

Realmente no son solo las cavernas de mármol, todos los cerros de esta zona son de mármol.

Al volver,  pasamos a la cervecería Lago General Carrera, en la que fabricaban cerveza con agua del lago, la cerveza estaba mejor que la que tomamos en Coyhaique, el agua debe hacer la diferencia. Después regresamos al camping a asearnos, luego salimos a pasear de noche por la orilla del lago, una caminata muy agradable.


Día 3:
 Ordenamos las cosas en la mañana y salimos a buscar pasajes de vuelta a Coyhaique, no los compramos antes porque no se podía, era por orden de llegada; finalmente, un caballero que estaba en la orilla del lago en un furgón, nos dijo que viajaba a Coyhaique en ese momento y nos llevó por 5000 cada uno. Una vez ahí, buscamos camping, el único que encontramos abierto era uno que estaba casi saliendo de la ciudad, el lugar del camping era precioso, tenía una linda vista del río, sin embargo había demasiada gente, por lo que los baños y cargadores no daban abasto, además habían perros que andaban en la noche y dejaban la basura desparramada por todos lados, el espacio para comer tampoco estaba muy bien mantenido, estaba bastante sucio, no recomendaría este camping en ningún caso, costaba 5000 cada uno por noche. 

Ya instalados, quisimos aprovechar lo que nos quedaba del día y tomamos una micro a Puerto Aysén, estaba lloviendo sin embargo seguía siendo un lindo paisaje y un lindo pueblo, recorrimos el pueblo hasta el clásico puente y por la hora y el clima volvimos luego de comer algo.

Día 4:
Este día que sería el último en realidad, quisimos aprovecharlo a concho, por lo que visitamos dos parques: el Parque Río Simpson y el Parque Coyhaique.

Para llegar al primero tomamos el mismo micro que va a Aysén y le pedimos al conductor que nos avisara cuando bajarnos, llegamos a la entrada de la reserva que está muy bien mantenida. Primero pasamos por el centro interpretativo que tenía mucha información sobre la vegetación y fauna del sector, así como también sobre el proceso de recuperación de la reserva, hay animales disecados y una especie de juego interactivo para conocer la geográficamente el valle del río Simpson. Luego hicimos el sendero que está disponible de ese parque ya que el resto lo estaban arreglando. El sendero  que hicimos, que era el único que podíamos hacer en ese momento según el guarda parques fue súper tranquilo y con un paisaje hermoso, debe durar alrededor de 3 horas,  y creo que era el sendero peatonal cerro huemules junto al interpretativo, en una parte tuvimos que salir del parque y caminar por la carretera austral, para luego volver a entrar en el parque. Al final del sendero que hicimos, hay un camping que está al frente del santuario de San Sebastián, sin embargo el de la Conaf nos dijo que también estaba en mantención por lo que no se podía usar, para quedarse, solo para hacer picnic.




Frente al santuario estaba el paradero de la micro, tomamos el bus de vuelta a Coyhaique y le dijimos al chofer que nos avisara en el parque nacional Coyhaique pues también lo queríamos conocer. 
Nos bajamos donde nos indicaron al inicio de una calle, para llegar a la entrada del parque,  tuvimos que caminar un buen tramo en subida por esa calle que eran casi puras curvas. En la entrada nos explicaron que por la hora había un sendero de como 3 horas que podíamos realizar hasta la Laguna Verde.  Este sendero si tenía varias subidas y la vegetación, a diferencia del otro parque, era principalmente pino, es decir que de flora nativa poco había, pues como sabrán el pino es introducido para la producción forestal, esto mismo hacia que el terreno fuer más seco y que en varias partes hubiera tierra suelta. 

Al llegar al final, y poco antes de la laguna hay un paseo de madera para sillas de ruedas bastante bonito por lo demás, luego de este está la laguna que efectivamente era verde, había un sendero secundario que rodeaba la laguna.


 Diego realmente estaba cansado y hambriento pues no habíamos tenido ocasión de comer, habíamos pensado que este parque tendría algún sector de picnic donde pudiéramos cocinar algo, de hecho andábamos con la cocinilla y las hoyas, pero no fue así, no había sector para cocinar, por lo que estábamos con mucha hambre. En cualquier caso, yo quería dar la vuelta a la laguna así que hinché al Diego hasta que me dijo que síJ. Así que recorrimos el borde de la laguna, un recorrido de 0 dificultad. Descansamos un rato al borde de la laguna y comenzamos el retorno.
Para mí lo más latero fue el camino hasta la entrada del parque porque tenía bastante pendiente y era por un camino pavimentado. Por lo demás aprovechamos bien el ultimo día.
Una vez de vuelta en el camping nos duchamos, nos tardamos cerca de una hora en esperar nuestro turno (en serio, como tienes a 50 campistas con una sola ducha!!), comimos y a descansar para volver al día siguiente.

Día 5: Tomamos un Transfer hasta Balmaceda y volvimos a Santiago.


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